El domingo 13 de octubre era mi último día de vuelo en Brasil.
Los pronósticos estaban teñidos un poco con la mala fortuna que nos acompañó algunos de los días previos: orientación sudeste (que deriva al espacio aéreo de Mossoró, una ciudad muy grande de la zona) y un viento fuerte y en aumento.
Solo se iba a poder despegar antes de las 8 de la mañana.
Mucho antes de llegar aquí consulté por los horarios de despegue. La respuesta que obtuve fue que las velas de competición pueden despegar desde las 7 am o incluso antes, pero que por lo suave de la condición las velas estándar despegaban después de las 8 am.
La explicación es, desde luego, que sólo velas con poca tasa de caída pueden sostenerse en el aire.
Frente a la opción de despegar temprano con riesgo de aterrizar pronto o no despegar en absoluto, optamos por el madrugón y así fue que a las 7 de la mañana ya estaba listo para despegar.
Ese día cambiamos de despegue y fuimos a una laguna de poca profundidad que fuera de temporada de lluvias se mantiene seca y es ideal para despegar en todas las direcciones de viento.
Al llegar encuentro muchas buenas velas de compe y muchos buenos pilotos. Felix Rodriguez, Seiko, Ospina y otros estaban aprontando sus equipos junto a mí.
Despego en 4to lugar, incluso habiendo visto que algunas de esas velas rápidas aterrizaban de nuevo por no poder sostener el vuelo.
No hay espacio para dudar, porque se arma la fila y con el prono del viento en ascenso no puedo demorarme. Salgo solo a sobrevivir, esperando aguantar esa primera hora de térmicas débiles.
A poco de comenzado el vuelo llegan dos velas de dos bandas hasta donde yo estaba, con una compartimos el ascenso, y vemos que la otra arboriza tristemente entre muuuuchos espinillos. No puedo menos que pensar que el pobre piloto va a estar un buen rato para sacar y plegar la vela, y salir al camino, y que va a tener unos cuantos rasguños para cuando salga de allí.
Las primeras dos horas de vuelo, donde costaba subir y avanzar, volé codo a codo con Christoph Dunkel y su vela serial de dos bandas.
Mi hermosa vela Arak, lejos está del planeo y la velocidad de velas 2 bandas, pero es muy eficiente en trepar térmicas, por eso pudimos compartir 2 hs de vuelo de transiciones cortas y muuucho giro.
Cuando el día mejora, obviamente quedo volando solo, y empiezo a poner ritmo al vuelo con decisiones poco conservadoras. Quedo bajo varias veces, pero recupero y estoy en buen ritmo.
Llego a completar 150 km (que eran la mitad de mis objetivos logrables) a las 11:40 hs aproximadamente. Para ese momento quedaban entre 4 y 5 horas más de vuelo.
Nuevamente me encuentro con las dos opciones:
1. Con un vuelo conservador hay muchas chances de llegar a 300 km nuevamente (calculando hacer otros 150 km en 4,30 horas aproximadamente).
2. Arriesgando un poco más, puedo tratar de arrimar o llegar inclusive a 400 km. Esto requería alcanzar 200km o mas en mismo tiempo, y para eso había que apurarse un poco.
¿Adivinen qué opción elegí? Efectivamente, siendo el último día, ahí vamos… ¡a por todo!
Logro techos más altos en las térmicas más fuertes (turbulentas obvio), y justo cuando empiezo a creer que los 400km son posibles… termino aterrizando un poco antes de las 13hs a 200 km del despegue.

¿La causa? No los voy a dejar en suspenso. Se me cruzó el “mítico” apagón del mediodía, famoso por arruinar las ansias de vuelos XC de los pilotos que vuelan en estos lugares.
Este factor creo entender de qué se trata. Sólo estaré seguro si tengo más oportunidades de volarlo, y lo confirmaré cuando no sea parte de sus víctimas. Es un gran tema para discutir en algún curso de cross, si insisten 😉
Si bien el objetivo quedó lejos, despedirme de Brasil con otro vuelo lindo de 200 km me dejó contento. Por si fuera poco, como en todos los aterrizajes, se suman locales con una sonrisa y te ayudan a plegar.
La gente de aquí es generosa y muy amable. Me invitan a su casa, me ofrecen comida, me prestan el baño para una ducha y hasta me dan ganas de pasar unos días aquí disfrutando de su hospitalidad.
Pero será otra vez. Rápidamente llega el rescate, servicio eficiente si los hay, y me despido de mis nuevos amigos para ir a buscar a Tomas, que junto con Ludvik son los dos pilotos de eslovenia que compartieron estos 12 días de vuelo conmigo.
Para los que quieran números, les resumo este viaje:
- Cerca de 1500 km recorridos
- 42 hs repartidas en 9 vuelos. Esto incluye el vuelo de Patú, la hermosa montaña que visitamos para volar por placer un dia que la condiciones no eran para vuelos de cross.
Resultados de Competencia
Este campeonato 2020 del XContest es el de mayor importancia en el mundo en cuanto a vuelos de cross dura todo un año y recién empieza.
Primer puesto en Standard

Primer puesto en categoría Sport

Tambien quedé bien ubicado en las categorías Serial y Open pero con tantos pilotos haciendo buenos vuelos esto no durará mucho tiempo, el podio cambia día a día.


Hay muchos pilotos que quedan aquí, muchos otros están llegando desde todo el mundo.
Hoy estoy feliz de estar al tope de las posiciones al menos en el comienzo, y confío que es posible terminar posicionado bien alto al menos en la categoría de parapente que tenemos.
En breve, tendremos un resumen de este Brasil 2019 desde otro enfoque.
Agradecimientos
Gracias a mis principales sponsors Abelardo de Kraft (paramotores y productos de vuelo) y a Skywalk Paragliders.
Gracias al apoyo de la Municipalidad de General La Madrid, y al invalorable y motivador esfuerzo de amigos, colegas, compañeros, familia y allegados.
Infinitas gracias a todos y cada uno de los mensajes de buenas vibras y felicitaciones, realmente alientan y motivan a dar todo.
¡La vela Arak se portó increíble! No sólo trepa y planea lindo, además resiste llevar llevar debajo de ella, en cada vuelo, a muchos argentinos y simpatizantes de Skywalk de todo el mundo.
A todos, muchas gracias.
PD: Eurimar JR, de Quixadá Aventuras, esta empresa que nos asistió en nuestros vuelos, voló ese mismo día 311 km aproximadamente.
Con esto logró su récord personal con un parapente EN:C, y dejó confirmado que era posible superar los 300 km ese día.
¿Debería arrepentirme de arriesgar los 300 por ir a más? Disculpen, pero sigo feliz de la osada decisión de arriesgar.