No hay dos sin 3!

Si recapitulamos un poco, desde que llegamos a Brasil hubo 4 días de pronóstico perfecto para el vuelo.

El primero de esos días, fue el segundo día de vuelo que nos tocó. Ese día pudimos concretar un vuelo largo aterrizando a 300.6km del despegue (la CND le dio 304 puntos OLC).

El segundo día perfecto para vuelos XC no pudimos volar porque recién volvimos del rescate a las seis de la mañana. Cosas que pasan.

Luego de unos días flojos, el Miércoles 9 volvimos a tener el clima y el viento a favor y salió nuestro segundo gran vuelo, donde hicimos de 303km desde el despegue (ver relato del vuelo aquí). La CND calificó con 311 puntos OLC en base a los km recorridos en total.

Y el Jueves 10, a pesar del cansancio no se podía desaprovechar la jornada. Salimos a dar todo y el resultado está a la vista: nuevamente llegamos a la zona de Magdalena y un poquito más, marcando 311 km desde el despegue y obteniendo 315 puntos OLC.

Volar es mucho más que sumar KM

Uno quiere volar mucho y superarse y alcanzar records personales y quizá llegar a figurar en algún podio. Pero los números no son todo.

Volar es emoción. Y los tracks no describen las emociones del piloto a lo largo del vuelo.

Volar nos llena de sentimientos.

Volar en un poco la felicidad que sentimos al estar en el aire, girando con los pájaros… Es levantar la cabeza y ver el ala extendida sobre nosotros.

La emoción de volar es lo que te hace despertar las ansias de estar en el aire cuando ves que el día está lindo.

Y las ganas de volar son también eso que nos llena de bronca y nos causa enojo por los errores que cometemos y que nos dejan aterrizados en el medio del campo cuando todavía hay condiciones térmicas que no supimos aprovechar.

Vistos en la tabla de vuelos, los tracks no dicen nada acerca de la ansiedad y los nervios que traía en la mochila al llegar a Brasil.

No dicen que pensaba que acá todos los días se volaba en térmicas +100 y que había que pelear con los núcleos violentos todo el tiempo.

No dicen nada del paisaje, que cuando es nuevo para vos, y no importa cuanta experiencia tengas, te hace pagar caro los errores de novato.

No dicen nada de lo linda que es la gente local, la amabilidad y la hospitalidad que brindan. Y tampoco dicen nada de cómo se extrañan los amigos en el tercer tiempo, cuando uno logra lo que quiere y busca el abrazo de los que aprecia.

Emociones encontradas

Estos días en Brasil estuvieron muy llenos de emociones. Linda y feas, pero todas fuertes.

El primer vuelo fue un logro largamente anhelado. No solo por el record personal, sino por estar volando en un lugar del que siempre escuché hablar y dónde siempre soñé desplegar el ala.

Pero luego de ese primer vuelo vinieron días flojos. Con la falta de buenos vuelos y, lógicamente, de resultados, se despertaron demonios que hace años no veía y que pensé que no iban a volver a aparecer.

¿Qué demonios? Presión por lograr resultados, frustración por cada vuelo «malo». Desconfianza en mi capacidad para poder repetir otro vuelo largo y cumplir los objetivos que traía a este viaje.

De pronto aparece el miedo de no saber si «mi» forma de volar sirve aquí en Brasil. ¿Será que aquí hay que volar distinto? Me molestaba mucho la idea de volver a casa con un solo vuelo de 300km.

Cuando uno duda de lo que sabe hacer (lo que toda la vida dió resultado ) y empieza a probar otras cosas para encontrar y trepar témicas, comete errores. Cuando perdemos la seguridad, y las cosas nuevas que intentamos no funcionan, aparece un malestar que no ayuda en nada.

El miércoles 9 el clima era perfecto, una nueva oportunidad para lograr otro vuelo largo. ¡Y se dió! El segundo vuelo a Magdalena me devolvió la confianza que necesitaba. Los demonios se fueron.

Y el Jueves 10, nuevamente salgo a volar en mi estilo: «Que salga lo que salga».

Confiado en los resultados, porque volando como me gusta soy feliz. Me gusta salir para adelante, girar poco donde las condiciones son débiles. Acelerar, no perder tiempo. Así me gusta el vuelo, así disfruto cada momento.

Este estilo de pilotaje me dió muchas alegrías y aunque también alguna vez me dejó tirado en el campo muy temprano, me define.

Y este Jueves, volar rápido me pagó bastante. Hice el mismo recorrido del día anterior, pero en una hora menos.

Con esa hora extra podría haber sumado más KM, pero las condiciones estaban aflojando para entonces.

Lo complicado en ese punto es que pasando Magdalena hay una zona donde el rescate es muy dificil. Con mejores condiciones no hubiera dudado, pero al estar aflojando el día había grandes chances de quedar en medio de la nada.

Evaluando todos los factores, la decisión estaba clara y nuevamente terminamos allí el vuelo.

Patrocinadores de los vuelos de Damian
Gracias a Paramotores Kraft y Skywalk

En este punto tengo que agradecer mucho, muchísimo, a mis profesores y a mis compañeros del Polideportivo Municipal de General La Madrid.

Realizar dos vuelos largos, uno de ocho y otro de casi nueve horas, en menos de 48hs no es fácil.

Gracias al entrenamiento que hice con ustedes pude meterle pilas al segundo día.

En otras condiciones físicas esto hubiera sido impensable

Este nuevo logro me deja muy contento. Estoy feliz de haber vuelto a mi estilo, habiendo confirmado que mi forma de volar rinde cuando las condiciones acompañan.

Y de aquí en adelante, volaré así. De esta forma que puede salir bien o mal, pero que me divierte y me hace feliz.

Bonus para Pilotos

Si se fueron a mirar el track de este último vuelo en la CND , van a ver una remontada desde muy bajo alrededor de una hora después de despegar.

No es para decir «qué capo» que lo menciono, es para mostrarles el error que cometí y lo bajito que quedé en una zona donde había térmicas fuertes. No sólo bien volables, sino que de tan fuertes eran capaces de sacarte casi del piso.

Yo estaba yendo a aterrizar y dando por terminado el día cuando por el golpe del vario me doy cuenta que la térmica que perdí me quedó adelante y que ahí donde estaba por bajar es donde se estaba desprendiendo.

Giré ese núcleo a baja altura no porque quería rescatar el vuelo, sino porque era muy peligroso pasarlo de largo y aterrizarle ahí al lado.

Tomando desiciones correctas, nunca tendríamos que rescatar un vuelo así de bajo. Cuando pinchamos el vuelo es siempre más sano enfocarse en el aterrizaje seguro que querer remotar girando cerca del suelo.

¡Buenos vuelos!

Fotos del Día

No son las 7 am y tenemos la rampa llena y el sol pegando lindo. ¡Así es Brasil!

Fin de un gran, gran vuelo:

3 comentarios

  1. María Irene Borrelli

    Buenísimo Damián!!!!!!me encanto tu experiencia y la evaluación que haces de cada vuelo……

  2. damianlestarpe

    Muchas gracias Javier

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