La idea de venir a Brasil tiene que ver con buscar los vuelos que la geografía de nuestra zona nos dificulta.
General La Madrid es zona de vuelos cross y todo el que ha roto sus records de distancia volando allá lo puede confirmar.
Tanto la Tequila como la Chili demostraron que los 250 y más km son posibles con una vela EN:B. Si no se dieron vuelos más largos es porque el viento predominante sopla hacia el sur, y al sur el mar nos pone un límite implacable.
Entonces el objetivo para esta Arak que también es una vela EN:B fue bastante simple: llevarla a 250 km y más. ¿El objetivo ideal? Seis vuelos de 300km.
El primer vuelo de 300km lo tuvimos al segundo despegue. Desde entonces el clima, lamentablemente, no acompañó.
El fin de semana fue poco lo que se pudo volar. En esta zona al parecer no existe lo que nosotros en el llano bonaerense conocemos como «térmicas azules». Aquí, un día sin nubes es un día que no se sube. O se sube poquito.

Campeones del mundo, pilotos de velas de dos bandas y hasta algunos con records mundiales de distancia en su categoría estaban aterrizados (y rescatados) antes del mediodía, almorzando juntos como cualquier familia dominguera.
Hoy lunes había hambre de vuelo, aunque el pronóstico se sabía flojo.
Antes de las 7 ya había pilotos despegando. Los dos tornos iban y venían. Algunos pilotos que pinchaban el vuelo volvían al despegue y lo intentaban nuevamente.
Algunos salieron hasta tres veces antes de poder alejarse. Mientras tanto, llegaban avisos de pilotos aterrizados a pocos kilómetros. Recién a las siete y media se fue de cross el primero.
Los pilotos que esperábamos el turno del despegue a la par que una mejora en las condiciones, estábamos tranquilos hasta que se rompió uno de los tornos.
Esto trajo algunas demoras y nervios, y recién despegamos alrededor de las 8:30.

Para ese momento, los techos que se reportaban estaban apenas en 800mts.
Con condiciones tan suaves, similares a las de los últimos dos vuelos, se hacía poco probable poder superar los 100km, ni hablar de llegar a los 300km.
En tres horas y media de vuelo apenas se arañaban los 100 km de distancia, seguíamos intentando volar todo lo posible, aunque la motivación era poca.
Pero con un pronóstico que mejoraba hacia el mediodía, había que sostenerse y avanzar esperando la condición. Hacia las diez y algo, los techos subieron a 1200 o 1300 mts. Y al mediodía aparecieron los primeros cúmulos, no en fila, pero cercanos. y después algún techo rondando los 1500, pero con ascendentes siempre suaves.
No obstante lo que se tardaba en remar cada térmica, el avance se aceleró un poco. Y por un momento, haciendo cálculos de horas de luz y especulando con lo que se pudiera avanzar, hubo un espacio a la ilusión de otro vuelo de 300 km.
La última hora del vuelo permitió por fin aumentar la velocidad y avanzar unos 50km, pero nada más. Aterrizamos a unos 139 kilómetros del despegue.

El track del vuelo muestra todo esto y más datos: http://cnd.favl.info/leonardo/flight/37455
El gran consuelo es que quedan días por delante, que los pronósticos mejoran, y que hacer el mejor vuelo del día con la vela más lenta es señal más que positiva acerca del nivel que manejamos.
¡Mañana volamos de nuevo!